Las Zonas Azules: el secreto para vivir (bien) hasta los 100 años
Me inspiran los hábitos de las personas en las Zonas Azules, centenarios con una gran vitalidad y alegría.
Hace poco vi el documental que salió en Netflix sobre las Zonas Azules.
Había leído hace años el libro y ya en su día me sentí inspirada para llevar una vida más saludable a todos los niveles.
Las Zonas Azules son lugares por todo el mundo donde viven una mayor cantidad de personas centenarias, con tasas bajas de enfermedades crónicas y buena salud en general.
Es maravilloso ver a personas mayores subiendo cuestas con las bolsas de la compra, arrodilladas atendiendo a su huerto, cantando y bailando… como si tuvieran veinte o treinta años menos de los que realmente tienen.
O tal vez es que todos deberíamos poder hacer esas cosas a esa edad. Seguir activos, saludables y alegres con ochenta, noventa o cien años.
Realmente lo creo así, pero para que eso sea realidad tenemos que cambiar nuestro estilo de vida en la sociedad moderna, inspirándonos en lo que hace que estas personas lleguen a tan avanzada edad y, lo que es mucho más importante, lo hagan llenos de vida.
Porque lo que realmente queremos todos no es vivir mucho tiempo, sino vivir todo el tiempo que se nos ha dado de forma saludable y plena.
¿Y cuál es el secreto de las Zonas Azules?
El secreto es el estilo de vida, los hábitos que llevan a cabo diariamente.
Dentro del estilo de vida hay cuatro categorías, según lo describe Dan Buettner, el reportero que lideró esta investigación en las Zonas Azules: movimiento natural, mentalidad adecuada, pertenencia y alimentación saludable.
Movimiento natural significa que nos movemos con las demandas de la vida ordinaria: cuidando del jardín, subiendo cuestas y escaleras, realizando labores domésticas… Los habitantes de las Zonas Azules no necesitan gimnasios porque su vida cotidiana les pone en movimiento.
Mentalidad adecuada es la capacidad de relajarnos y desconectar del estrés, saber gestionar saludablemente las emociones y tener un propósito vital que nos anime a levantarnos de la cama cada día.
Pertenencia tiene que ver con la fe, la pertenecia a un grupo y la familia. Creer en algo mayor que nosotros, tener una red de apoyo que nos sostenga y cuidar y ser cuidados por nuestros seres queridos (familia, amigos…) son todos factores que nos dan vida.
Finalmente, en alimentación saludable tenemos la alimentación basada en plantas y el hábito de comer por debajo de nuestra capacidad total, sin llenar el estómago en exceso.
Si te apetece saber más sobre las Zonas Azules, te invito a leer mi último artículo:
Hace casi siete años de esta foto. Era Pascua y hacíamos los dulces típicos de mi pueblo, como cada año. Mi abuela podría haber formado parte de las Zonas Azules, pues era todo un ejemplo de vitalidad. Con toda la familia para sacar adelante, mi abuela siempre estaba en movimiento. A su amor por la cocina, a su energía incansable y a su buen humor natural le debemos que haya estado tantos años con nosotros, casi centenaria!
Aunque la alimentación es mi “especialidad”, me inspiran todos los factores de estilo de vida de las Zonas Azules.
Una y otra vez me encuentro con personas que llevan una dieta saludable y hacen ejercicio de forma regular y que sin embargo tienen problemas de salud.
Hay una parte que son factores genéticos, sí, pero lo que observo es que casi siempre hay algún tipo de problema emocional que les está impidiendo llevar una vida coherente.
Personas que sufren mucho estrés y se exigen demasiado en el trabajo, hasta el punto de la extenuación, y acaban teniendo alguna enfermedad que las obliga a parar y reconsiderar su rumbo. Personas que no saben expresar sus sentimientos y poner límites saludables que acaban desarrollando alergias, inflamación de hígado o disbiosis intestinal. Personas que van en automático y se sienten faltas de propósito a las que les falla el sistema inmune…
Todo en la salud está relacionado. El cuerpo físico, el mental, el emocional, el energético y el espiritual trabajan en concierto para la salud o, si alguno falla, manifiestan algún síntoma que puede ser una invitación a que nos revisemos y nos cuidemos.
Así que en esta newsletter de hoy te voy a lanzar una serie de preguntas para que revises tu estilo de vida, inspirado en las Zonas Azules y los hábitos que hacen que las personas vivan cien años con buena salud:
¿Cómo de vegetal e integral es tu alimentación? (De media, en las Zonas Azules se consume unos 30-50 g de carne a la semana) Cuanto más vegetal, más lleno de antioxidantes y más protegido estarás frente a enfermedades crónicas.
¿Te mueves de forma natural regularmente? ¿Subes cuestas y ascensores, vas andando a los sitios? ¿Te involucras en actividades manuales como cuidar de un huerto, hacer artesanía, cocinar, limpiar…?
¿Puedes desconectar del trabajo en tu tiempo libre? ¿Tienes alguna manera de desestresarte, como bailar, quedar con los amigos, ir al gimnasio, salir a pasear o a correr, leer un libro…?
¿Conoces tu propósito vital? ¿Lo sigues? ¿Crees que lo que haces es de utilidad para otras personas y te sientes motivada por ello? ¿Desarrollas tus propios proyectos?
¿Tienes alguna creencia espiritual que le dé sentido a tu vida? (Casi todos los centenarios estudiados pertenecían a algún tipo de comunidad religiosa, pero no tienes por qué seguir una religión formal)
¿Tienes una buena relación con tu familia, estás en paz con los asuntos familiares?
¿Tienes una red de apoyo, amigos, familia, etc. que te ayude cuando lo necesites, con la que puedas ser tú misma y compartir tus miedos, necesidades, deseos…?
Si has respondido que sí a todas estas preguntas, enhorabuena! Estás viviendo según el estilo de vida de las Zonas Azules.
Y si es que no a alguna de ellas, como suele ser para la mayoría de nosotros, te animo a que observes esa área de tu vida en la que te falta equilibrio y descubras cómo puedes integrarla saludablemente.
Si puedes hacer esto con otra persona (tu pareja, una amiga, un miembro de tu familia…) o con un grupo, mucho mejor. Los hábitos saludables son contagiosos, y si nos juntamos varias personas con el objetivo de mejorar nuestra salud, el compromiso y la energía del grupo hace más fácil que llevemos a cabo lo que nos propongamos.
Y, quién sabe, a lo mejor ponemos la semilla de una nueva Zona Azul en nuestro hogar, nuestro pueblo o nuestro barrio.
Aquí te dejo el artículo, por si quieres leer más sobre las Zonas Azules:
Tarta vegana de chocolate (vídeo), que inventamos sobre la marcha en el curso de iniciación del 2022.
Tarta vegana de chocolate (PDF descargable)
La rescato hoy porque hace mucho que no comparto una receta dulce y porque lo que más me gusta es que es saludable (además de que está para chuparse los dedos). No lleva azúcar, el sabor dulce se lo da la pasta de dátiles, y no tiene prácticamente aceite, ya que la grasa la aportan los anacardos y la leche de coco.
Se acercan las Navidades y con ellas empezamos a preguntarnos qué vamos a cocinar para toda la familia (o al menos yo me lo pregunto). Esta es una opción si te apetece un postre diferente y saludable, apto para los diabéticos: los dátiles tienen mucho azúcar pero también mucha fibra, lo que hace que su índice glucémico sea bajo y puedan comerlos las personas que evitan los azúcares libres. Eso sí, con moderación.
En la próxima newsletter te voy a dar algunas ideas para un menú navideño saludable, para evitar esas digestiones pesadas típicas de esas fechas sin renunciar con ello al sabor.
Un abrazo,
Aroa
PD: He preparado un taller de recetas de Navidad saludables para el martes 19 de diciembre. También puedes apuntarte al curso de iniciación a la cocina vegetariana que empezamos en enero.
Qué gratificante leerte, hago repaso de aquello que me falta, que no hago para llegar a esa zona azul, y quiero, aunque creo que me falta compromiso. De todas formas reconociéndolo doy mi primer paso, voy a por ello. Gracias Aroa
A nosotros también nos inspiran las Zonas Azules! Comemos legumbres en todas sus formas (acabamos de descubrir el tempeh y nos encanta) y subimos y bajamos cuatro pisos varias veces al día (porque no tenemos ascensor, que si no... jajaja). Un abrazo!