Luz en la oscuridad
Hoy quiero acercarme a ti para aportar mi granito de arena con unos pequeños ejercicios para sostener la carga emocional que puedas estar padeciendo en estos momentos.
En medio del odio descubrí que había, dentro de mí, un amor invencible. En medio de las lágrimas descubrí que había, dentro de mí, una sonrisa invencible. En medio del caos descubrí que había, dentro de mí, una calma invencible. Me di cuenta a pesar de todo eso... En medio del invierno descubrí que había, dentro de mí, un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque esto dice que no importa lo duro que el mundo empuja contra mí; en mi interior hay algo más fuerte, algo mejor, empujando de vuelta. “Albert Camus”
Estos días han sido especialmente duros para todo el pueblo Valenciano, pero también para el resto de los Españoles que están demostrando su empatía y su solidaridad. Me lleno de esperanza al pensar que el ser humano guarda dentro de sí una fuerza y una resiliencia que a veces se nos olvida.
Para muchos, incluidos mis familiares, clientes y amigos, la tormenta no solo ha traído lluvias y vientos, sino también una pérdida profunda: hogares destruidos, recuerdos que se han esfumado en el agua, e incluso la ausencia de seres queridos. No hay palabras que puedan llenar el vacío ni consolar la tristeza, pero hoy quiero recordarte que, incluso en la oscuridad más profunda, siempre hay una chispa de luz que merece ser encontrada.
Esa luz puede ser sutil, como la mano de un desconocido que te ayuda a limpiar tu casa o tu calle, el abrazo silencioso que te sostiene cuando las palabras faltan, o la certeza de que la naturaleza humana es resiliente y capaz de reconstruir. No estás sol@ en este proceso; el dolor compartido es más llevadero, y la esperanza que surge de la solidaridad puede alumbrar los momentos más sombríos.
Si sientes que la carga emocional es abrumadora, quiero invitarte a realizar un ejercicio de gestión emocional sencillo, pero poderoso. Encuentra un espacio tranquilo y cómodo, y dedícate unos minutos:
Respiración consciente: Cierra los ojos y respira profundamente, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Siente cómo el aire entra y sale de tu cuerpo, trayendo calma y renovación. Repite esto al menos 10 veces, concentrándote solo en tu respiración.
Visualización de la luz: Imagina una pequeña llama dentro de tu pecho. Al respirar, visualiza cómo esa llama crece y emite calor y luz, llenando todo tu ser y desplazando la oscuridad. Esta luz es tu fuerza interior, que, aunque a veces parece apagarse, siempre está ahí.
Afirmación de poder: Repite en tu mente o en voz alta: “Soy fuerte, soy resiliente y, con amor y apoyo, reconstruiré mi vida. La luz en mi interior me guía y me protege”.
Este ejercicio es un recordatorio de que, a pesar de las pérdidas, la vida sigue y tu capacidad para sanar es inmensa. Es normal sentir tristeza, rabia o miedo; honrar esas emociones también es parte de tu camino de sanación. Pero así como el sol vuelve a salir tras la tormenta, tu luz volverá a brillar con más fuerza.
Te acompaño en pensamiento y corazón, con la esperanza de que encuentres pequeños destellos de esperanza y amor que te impulsen a seguir adelante.
Con todo mi cariño, Aroa